viernes, 10 de junio de 2016

10 COSAS QUE LAS BOOKIES NO QUIEREN QUE SEPAS

Por si no os acojonó cómo de controlados nos quieren tener las casas de apuestas (haced click en el artículo "Cómo las casas de apuestas siguen tus movimientos y cómo evitarlo"), aquí os paso lo que podríamos llamar una segunda parte, que he traducido íntegramente de la web BETTINGEXPERT (https://www.bettingexpert.com/blog/10-things-bookmakers-do), y para que os hagáis una idea de lo sofisticadas que pueden llegar a ser, y de los pocos escrúpulos que les quedan (si es que alguna vez tuvieron alguno).



Así como las nuevas tecnologías evolucionan y la caza de apostadores se incrementa, las casas de apuestas (bookies) han estado en la vanguardia del desarrollo de nuevos métodos para incrementar sus beneficios y, a la vez, estar siempre un paso delante de nosotros. Aquí os paso un análisis de 10 puntos que la industria de las apuestas preferiría que sus clientes no conocieran.

1. Direcciones IP y búsqueda de cuentas relacionadas
Muchas empresas emplean un carísimo departamento con sistema de IT (programa informático) para averiguar quién apuesta con ellos, y para acabar de inmediato con múltiples cuentas que muchos profesionales tratan de mantener a cubierto. Ahora pueden saber exactamente desde dónde se efectúa cada apuesta, y cerrar o limitar a cualquiera de quién sospechan que pueda tener múltiples identidades para hacer sus apuestas a la cantidad deseada. Localizan los patrones rápidamente, mientras que los domicilios pueden conseguirse simplemente empleando Google Earth para encontrarles (o incluso encontrar el beneficio potencial que puede dar un apostador). Los días en los que la tita María apostaba 400-600€ al caballo favorito se han acabado.

2. La matanza mensual
Los traders se han convertido en seguidores de Betfair, pero para justificar sus nóminas se pasan horas y horas debatiendo y evaluando cuentas que pueden haberles llamado la atención. En las reuniones mensuales suele haber la típica lista de los 100 usuarios que más han ganado (y perdido). Se harán preguntas de cualquiera de esta lista. ¿Están haciendo surebets? ¿Es una cuenta de un tipster premium? ¿Ganan siempre con las líneas iniciales que publicamos? ¿Apuestan en muchos deportes o se especializan? Todas las respuestas se toman en consideración, y se mete a cada usuario de estos perfiles en una carpeta, a la cuál su cuenta será limitada en breve.
La amplia mayoría de empresas del sector tienen ahora una mentalidad de contables y prefieren limitar a usuarios en vez de limitarles en mercados específicos. Es muy sencillo sacar a pasear la tijera y limitar una cuenta a un máximo del 10% a apostar (para que sólo puedan apostar 1/10 parte de lo que solían hacer en ese mercado), o incluso peor, a los que emplean surebets limitarles al 1% (lo que significa dejar la cuenta casi inútil para cualquier futuro propósito).

3. Incitar a apostar en productos con amplios márgenes
El sector de la industria se reduce a productos con altos márgenes de beneficios, gastando publicidad y atrayendo a ingenuos para que apuesten ingentes cantidades de dinero. Es mucho más fácil pagar a una empresa de software 200.000 Euros para que desarrolle una marca popular de ruleta, que contratar y mantener un equipo de traders profesionales de carreras de caballos para intentar conseguir un 4% de beneficios siguiendo como ovejas los movimientos de los precios de Betfair en carreras de medio pelo. Para qué van a contratar expertos que busquen apuestas ganadoras, cuando pueden garantizarse un margen inundando la web con juegos de azar, casinos online, etc., donde el beneficio está garantizado y potencialmente muy alto. Todas las reglas del mundo de las apuestas han cambiado y las empresas intentan sacar el máximo jugo mientras puedan (antes de que los impuestos y las leyes territoriales les acaben erosionando este margen).

4. Manipular límites en zonas donde les eres beneficioso
Así como el apostador medio se ha vuelto más sofisticado, también lo han hecho las empresas que les entretienen. El apostador de caballos astuto puede haberse encontrado que le han limitado a primeras horas de la mañana a unos pocos euros, pero por la tarde puede haber visto como le dejan apostar más (cuando el mercado ya se ha asentado y Betfair ha llegado a los precios de mercado correctos). Las empresas que pagan 20.000 euros anuales a un trader recién salido de la universidad, no le tienen la confianza suficiente a las cuotas de salida que ha calculado (copiando cuotas de Betfair a las 8:30 de la mañana con resaca), ya que los mercados no son líquidos y las cuotas pueden ser manipuladas/ atacadas. Más tarde, cuando las cuotas se asientan, las bookies tienen mucha más confianza en dejar que puedas apostar más a ese caballo.
En el mismo sentido, el ganador a largo plazo en caballos puede que se encuentre a que le limitan al 20% del stake que solía emplear, pero no tenga límite alguno para apostar en la Premier League (de nuevo, en un mercado del que la bookie tiene confianza en las cuotas bien establecidas, gracias al simple movimiento natural del mercado). Las grandes empresas se han vuelto unas expertas en el tema, generando beneficios en los grandes mercados líquidos, y dejando los deportes y mercados minoritarios como un gancho en el escaparate de su web. Por ejemplo Bet365 ha sido pionero en este caso, ofreciendo carreras de caballos aún a riesgo de perder dinero, ofreciendo las mejores cuotas. Eso sí, las cantidades que puedes apostar son limitadas y sólo a un grupo selecto de clientes VIP.

5. Llamadas entre bookies e intercambio de información vía Redes Sociales
Ya no estamos en el pequeño mundillo que fueron las apuestas, donde las empresas estaban dispersadas en zonas diferentes por cuestiones tributarias desde Malta a Guernsey, pasando por Costa Rica a Gibraltar y acabando en Stratford. Ahora hay un tejido de traders que se conocen muy bien entre ellos e intercambian información sobre ciertos clientes:

“Tenemos a un fulano aquí que nos ha ganado 15.000€ en ligas menores de fútbol, ¿ha tenido suerte o está haciendo surebets?”
“Sí, aquí lleva ganados 18.000€ y le hemos limitado a 1/10 del stake permitido, pero es interesante mantenerle, porque cuando apuesta, le empleamos como guía para mover las cuotas según apueste”
Y en referencia al apostador que tiene información en ciertos establos de caballos:
“Sí, cada vez que apuesta aun caballo de la cuadra Easterby, destroza las cuotas, así que estamos encima de él, puede que tenga conexiones, así que le limitamos a 1/10 parte de su stake habitual o tiene que llamarnos para que le revaluemos la cuota. Eso sí, ha ganado 30.000€ en fútbol live este último año, así que puede que esté apostando siguiendo órdenes de otro”

Todas estas conversaciones, éticamente discutibles siendo educados, forman la columna vertebral de la gestión de cuentas en las empresas principales del sector, mientras que el empleo de redes sociales como Twitter, Facebook y LinkedIn, es también una práctica habitual para gestionar muchas cuentas de usuarios (y comprobar su autenticidad).

6. Surebets o vencer los precios de salida… Estás muerto
La primera vez que trabajé en la industria de las apuestas en una empresa importante del sector, la cantidad límite para plantear cortarle el grifo a un usuario estaba en torno a los 30.000€, y de ahí le limitaban o cerraban la cuenta. Entonces se consideraba una cantidad razonable/justa, y era una cantidad suficiente para dictaminar si era simplemente un tipo con suerte, o si era un buen apostador que aprovechaba los errores de cálculo en las cuotas, ya fueran de salida o no. Esos días se han terminado. No se tolera en absoluto al ganador en casi todas las bookies (aunque Betfred es una excepción, dejándote ganar cantidad de cuatro cifras, y usándote de señuelo para seguirte como empresa en Betfair).
Normalmente las empresas no están para servirte dinero, están ahí para ganar el máximo beneficio posible de la manera más eficiente posible. Seas o no un ganador les da igual, han desarrollado una extraña paranoia contra el “maldito” que emplea las surebets, que será limitado de inmediato gane o pierda, al igual que el listillo que aprovecha ese momento que la bookie tiene la mejor cuota de todo el mercado de bookies (visto por los traders con asco cuando el listillo y otros secuaces apuestan a un caballo a cuota 26, cuando en Betfair ese caballo está a cuota 17). Los traders son acosados a diario por los contables si los primeros permiten estas acciones y no marcan al usuario como peligroso. Son vigilados muy de cerca y con una rigurosidad al límite, dejando poco margen a que el error de cuota se vuelva a aceptar.

7. Los apostadores como hobbie (fishes) son la nueva mina de oro
La meta de las bookies a día de hoy es atraer a los apostadores que no se fijan en las cuotas de mercado. Les gusta el apostador que mete dinero en el live sólo porque está viendo el partido (y poder decir a sus colegas que ha metido 5€ a que Agüero meterá el primer gol y que el Man City ganará), o el cada día más popular apostador que hace la combinada del sábado, que son el pan de cada día para cualquier bookie online. Estos apostadores recreacionales pueden ser atraídos por cuotas mejoradas en las combis, apuestas gratis, o reembolsos si fallan una de las 5 selecciones de la combinada, y hay mucho dinero detrás en marketing y anuncios para que estos perdedores potenciales sigan siendo leales a la bookie. Paddypower y Bet365 han bordado esta estrategia mejor que cualquier otra, y es por ello que ahora son mucho más potentes que las antiguas eminencias como Ladbrokes y Coral, con un presupuesto en relaciones públicas en redes sociales que se esfuerzan al máximo en atraer a las nuevas generaciones de jóvenes e inexpertas hordas de apostadores, que tienen una impaciencia ansiosa en encontrar un amaño o dar el gran pelotazo.

8. Precios relacionados con el trading (intercambio = exchange)
Existe una gran empresa que ya no emplea traders como se hacía antaño, sino que sólo emplea tecnología para seguir al detalle los movimientos que hace Betfair, y estar constantemente ofreciendo precios automáticos justo por debajo de los que ofrece Betfair. Esto hace que pueda haber miles de cambios (o tics) en una carrera o evento (ya que los bots o programas informáticos siempre están a la sombra del precio que hay en Betfair en todo momento). Ya se han encargado de eliminar cualquier sospecha de aquel usuario que emplea surebets, pero es que ahora es casi imposible conseguir un precio competitivo aunque tenga la cuota en la cabeza, porque enseguida te la mandan a revisar, y para cuando vuelven con la respuesta, has perdido la ventaja contra esa bookie.
Usar estos programas informáticos hace ahorrar a las bookies mucho dinero, sobre todo en los deportes cambiantes en un evento en directo, como el tenis o el fútbol, es una manera excelente de ofrecer cientos de mercados, que de otra manera sería humanamente imposible de controlar. De nuevo, Bet365 han sido pioneros con esto, generando pérdidas a usuarios en “nuevos mercados live”, atrayendo aparentes super cuotas sobre “posibles situaciones”, como que el jugador X marcará el próximo gol, o que el Liverpool gane el partido 6-0 cuando van 4-0 al descanso. Se trata siempre de atraer al aficionado con euros gastadores al precio correcto, con riesgo mínimo y un beneficio potencial máximo.

9. La muerte del trader
Con este sistema automatizado se ha llegado a la muerte del trader experto. Hace 20 años hacía falta tener a una persona experta, audaz y con conocimiento del deporte para llevar las cuotas. Debías saber a qué carreras de caballos o deportes podías ampliar límites, y en cuáles saber hilar muy fino y bajar la cantidad máxima que podrían apostar, siempre mirando para la empresa, la cuál te pagaba un salario más que decente y un bonus de 20.000€ a final de año si cumplías objetivos. Hoy en día las empresas buscan a universitarios para que compartan un piso en Gibraltar, y por una nómina anual de 20.000€, antes de que se cansen y se vuelvan al Reino Unido quemados y con el rabo entre las piernas. Porque hoy en día el trader sólo es un seguidor de las cuotas de Betfair, que actualizan precios directamente desde el ordenador y limitando enseguida a cualquiera que pille una cuota mejor que la que ofrece Betfair, acusándole de surebets. Aún quedan algunos buenos traders, los trabajadores leales a la empresa desde hace 20 años, con experiencia y un amplio conocimiento del juego, pero cada día que pasa están siendo marginados y limitados a aceptar las agresivas políticas de máximo beneficio de la empresa, si quieren seguir conservando sus empleos. Simplemente no pueden competir con el sistema informático (los bots), porque éstos no tienen escrúpulos y no se cansan…

10. El auge de la super bookie y el fin de la libre competencia
Todos los factores que os he comentado han acabado en la creación de super bookies, ya que las grandes empresas están forzadas, por cuestión de impuestos y gastos en general, a unirse. Es muy posible que en el 2016 veamos a Coral y Ladbrokes juntarse en una, al igual que lo podamos ver entre Betfred, Stan James y Betvictor, o incluso ser absorbidas una a una por las grandes empresas del sector. Como consecuencia de esto, cientos o miles de empleos y tiendas físicas tenderán a desaparecer, ya que todo se realiza hoy en día online y las máquinas hacen un mejor trabajo que las personas recalculando cuotas. Y todo ello porque, cuando se eliminen rivales, el margen de beneficio bajará, y hay que reducir los gastos desde ya para seguir sangrando al apostador.


A la larga las bookies se encontrarán que esta estrategia no es la correcta, y puede que sea la razón más importante que las empresas de sector no quieren que conozcáis.

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